El debut novelístico del
guionista de películas como “Los peores años de nuestra vida” y “Two Much” es
la crónica de la educación sentimental de una familia numerosa, cuyos miembros
oscilan entre la excentricidad y el disparate. De unos abuelos incompatibles e
incombustibles a un hermano menor víctima de una misteriosa enfermedad mental,
pasando por una pareja de testigos de Jehová, los entrañables personajes de
este divertido y a ratos esperpéntico libro se refugian en la familia, y es que
el hogar, en palabras de Ambroise Sierce, «es el único local abierto toda la
noche»”.
Opinión Personal
Últimamente parece que las librerías
estén repletas de reediciones de libros que ya tienen su solera adquirida como
los buenos vinos, y éste no es una excepción, ya que su primera edición data
nada más y nada menos que del 1995, y a partir de entonces no ha dejado de
reeditarse, creo que por algo será. Aunque yo hasta este momento no había
tenido la oportunidad o la ocasión de leerlo, algo que como veis ya ha quedado
subsanado.
No es de extrañar que leyendo este
libro más bien parezca que estés visualizando una película, ya que su autor no
es ni más ni menos que David Trueba, conocido guionista y director de nuestro
marco actual cinematográfico. Así mismo, su estilo literario recuerda muchísimo
a los excéntricos enredos de algunas películas o series españolas donde el foco
de acción se centra en las aventuras y desventuras de una familia o una
comunidad, y a ciertos guiones de las películas de Woody Allen, donde lo
inverosímil acaba convirtiéndose en lo verosímil de la historia.
Con lo anteriormente dicho no
quiero decir que no sea una trama original y atrayente, porque la verdad es que
sin que ningún misterio tenga atrapado al lector en su lectura, si que ésta es
difícil de dejar porque te mantiene enganchado a las actuaciones de esta excéntrica
y disfuncional familia y la forma en que el autor va a ir capeando sus
disparatadas situaciones.
Escrita de una forma divertida, a
momentos con cierta acidez e ironía, con unos personajes excelentemente
descritos y sin centrarse apenas en el escenario, pero si mucho en las
situaciones y sus actores. Aunque, si un pero tengo que poner a esta novela, es
su final, y no por inesperado, que sí que es verdad que me ha sorprendido, sino
porque a mí no ha acabado de convencerme, demasiado peliculero para mi gusto y
que además encuentro que desentona un poco con todo lo anterior, aunque también
es cierto que al final del todo intenta arreglarlo.
La familia Belitre está compuesta
por un matrimonio con seis hijos, cada uno de ellos con sus diferentes mochilas
emocionales y de comportamiento, a los que hay que añadir una abuela que en su
juventud fue rompedora de las normas sociales y que hace años decidió meterse
en la cama alegando que lo hacía por propia voluntad antes de que llegara el
momento de tener que hacerlo por obligación; un abuelo que se pasa la vida
escribiendo poesía, imponiendo sus opiniones a bastonazos y que dice mantener discusiones
amigables de tú a tú con Dios y al que le guarda siempre una silla junto a él
para mantener sus conversaciones intimas; la cuidadora de la abuela, una joven
guapa y alegre, que siempre se enamora de hombres enfermos y que se cree con el
deber de hacer felices a las personas con las que se relaciona, de la que
indiscutiblemente casi todos los hombres de la familia Belitre van a acabar enamorándose
de ella, incluyendo al abuelo octogenario; una pareja de ingleses, testigos de
Jehová, que llegan para adoctrinar a la familia y que acabarán adoctrinados por
el abuelo y descubriendo su auténtica inclinación sexual; una especie de
psiquiatra–psicólogo, con unas ideas un tanto excéntricas y novedosas, que
comparte la vida familiar de los Belitre, instalado en una tienda de camping en
su jardín e intentando resolver los graves problemas psicológicos de Basilio,
el segundo de los hijos, pero que acabará por extender sus consultas a otros
miembros de la familia, como es el caso del pequeño Matías de doce años, que
padece un raro trastorno de personalidad, el síndrome de Latimer, que le hace
creerse el cabeza de familia y adoptar el rol de éste; y Mayka, la hermana del
doctor, una joven amable y cariñosa, prostituida y maltratada por su propia
pareja de la que no se puede desenganchar emocionalmente a pesar del maltrato
reiterado.
Un cuadro surrealista muy bien
dibujado donde las situaciones imposibles van en aumento a medida que la
historia va avanzando, provocando la hilaridad y más que una sonrisa del
lector, y alguna que otra lágrima también, todo hay que decirlo.
Una novela que os recomiendo, a mí
al menos me ha hecho pasar unos momentos divertidos y muy entretenidos.